Últimamente me estoy encontrando
con casos de adolescentes o jóvenes con altas capacidades (algunas sin detectar,
y empleo "algunas" porque son chicas sobre todo) por depresión,
malestar emocional general, ansiedad. En otras ocasiones son adultos que
tuvieron ese mismo malestar durante su adolescencia. O, incluso, que lo siguen
arrastrando desde entonces.
En la recogida de información ya
se ven algunos signos característicos: desarrollo precoz, las chicas suelen
tener la mayoría buenos resultados académicos, les gusta aprender, profundizar,
la mayoría han sufrido bullying en el cole (aunque entonces no se llamaba así),
muy sensibles, odian las injusticias, han tenido o tienen problemas en la
relación con los demás a causa de esas injusticias, de sentir que no encajan.
Es un malestar o angustia
general, y a la vez, profundo. Buscando en la literatura se le ha denominado
"depresión existencial". Aunque no es una depresión desde el punto de
vista psicopatológico. Si no se interviniera, a lo mejor sí podría acabar en
una depresión. A veces es una crisis de la que se puede salir fortalecido o un
cuestionamiento filosófico permanente.
La Depresión Existencial se
refiere a una percepción de la vida, a los pensamientos sobre el mundo y su
lugar en él. Al sentido de la vida.
Son jóvenes que se caracterizan
por una gran intensidad, son sensibles e idealistas. Pueden ver las
inconsistencias y absurdidades en los demás (en sus valores y en su
comportamiento). Pueden verse a sí mismos como una insignificancia e inútiles
para solucionar los problemas, ya que son capaces de ver la magnitud de todo.
La adolescencia es una etapa
donde se va desarrollando el estar en el mundo, se mira hacia el futuro (y los
adultos, el sistema educativo les empujamos cada vez más pronto a decidir sobre
él). Aparecen preguntas sobre la muerte, la libertad, la soledad, la falta de
sentido.
Necesitan ponderar, cuestionar,
analizar, reflexionar. Conocen las posibilidades de cómo pueden llegar a ser
las cosas, por ello tienden a ser idealistas. Y, a la vez, pueden llegar a
darse cuenta de las pretensiones, arbitrariedades, insinceridades, absurdidades
del resto. Pueden ver las tradiciones sin sentido o injustas.
Algunos adolescentes se pueden
sentir totalmente alienados. Puede haber mucha frustración. Pueden tener
dificultades en hacer elecciones en cuanto a su formación, especialmente si les
apasionan varias cosas a la vez, o si se sienten muy abrumados por toda la
información y situación existente.
Aparte de estos factores propios
de la Alta Capacidad en sí, hay otros que solemos obviar. Y es la presencia de
mucho Trauma en estos chicos y chicas. Por un lado, las estadísticas nos dicen
que las personas con Altas Capacidades tienen más probabilidades de sufrir
bullying en el colegio y mobbing en el trabajo, que el resto de personas. Y así
es mi experiencia en consulta. Y ese Trauma se tiene que trabajar. Primero se
empieza por entender qué es normal tras sufrir una experiencia dura. Y qué es
normal en personas como ellos. La gran mayoría tiene una alta sensibilidad.
Esto hace o que sufran mucho, o que construyan una especie de barrera para
protegerse de todo que les haga parecer todo lo contrario: insensibles. Lo que
me encuentro siempre es un sentimiento de "soy la rara o el raro",
"soy el que tiene el problema", "me tengo que adaptar y no
puedo", "soy débil", o, como se dice ahora "no sé gestionar
mis emociones".
Buena parte de las visitas me
dedico a normalizar y validar lo que sienten y quienes son. A veces soy la
primera persona que les habla de Altas Capacidades, otras vienen con un
diagnóstico, detección o informe, pero a pocos se les ha hablado de esta parte
emocional, de esta parte existencial: quien soy, como soy, por qué reacciono
así, qué hago aquí, qué quiero hacer en mi vida. Muchos han recibido críticas o
mensajes negativos repetitivos a lo largo de su vida sobre ellos mismos:
demasiado complicados, demasiado intensos, demasiado de todo...He de decir que
la mayor parte de las veces sólo con eso sienten un gran alivio. Y eso baja
mucho el malestar. Sin embargo, otras veces tengo que confesar que es así el
mundo, les comparo con alguna película como "Matrix" o "Divergente",
e intento hacerles reflexionar sobre su parcela de mundo y sobre lo que sí
pueden hacer. Intento mostrarles para qué sirve esa alta sensibilidad y cómo se
puede enfocar (en actividades o profesiones que la requieran, de ayuda a otros,
por ejemplo), cómo evitar la sobreestimulación o cómo compensarla. Y entonces
trabajamos situaciones o experiencias que han sido duras. Las personas con
Altas capacidades suelen trabajar muy bien con terapias de neuroprocesamiento,
pero los niños y adolescentes suelen trabajar mucho más rápido, para lo bueno y
para lo malo. Su cerebro trabaja veloz todo él, y eso tiene en cuenta también
su cerebro emocional (el sistema Límbico) y su cerebro más primitivo (el
llamado cerebro reptiliano). Puede conectar rápidamente y con gran impacto con
sensaciones y emociones desagradables y dolorosas. Por eso debemos ser
cuidadosos.
A veces me encuentro con
barreras que son mucho más difíciles de trabajar en consulta: la propia
familia, el centro educativo y el centro deportivo o de actividades
extraescolares. Generalmente la familia que viene está muy implicada y al
explicarles también la normalidad de estos chicos, ellos también sienten mucho
más alivio. Pero alguna vez me he encontrado con familias a las que no he
sabido transmitir la importancia del sentirse bien con aquello que hacen, y han
impuesto unos estudios o una forma de vida para el joven. Si la familia
entiende y valida ya tenemos gran parte del trabajo hecho. Los centros
educativos de secundaria están aún lejos de atender las Altas Capacidades y
poder realizar verdaderas adaptaciones curriculares y esto lleva mucho
sufrimiento a los jóvenes. Y si los centros educativos están lejos, los clubs
deportivos más todavía. Algunas chicas que he tenido en consulta han sido o son
deportistas de competición. Necesitan entender qué hacen, por qué lo hacen,
notan en seguida o reaccionan muy mal al trato irrespetuoso y a los castigos,
incluso cuando no es con ellas mismas. Suelen ser muy autoexigentes, con lo
cual, más exigencias externas las sobrepasa, y si todo esto no se tiene en cuenta,
son candidatas fáciles para el abandono del deporte. Si abandonan algo que se
les da bien y que era su vida: ¿cuál es su lugar en el mundo? Y tenemos caldo
de cultivo para la depresión.
Aún con esas barreras, trabajar
con ellos en consulta es un placer, por sus razonamientos, por su manera
original de responder a la terapia y las propuestas. Y si se sienten cómodos y
ven la consulta útil, los resultados son muy positivos. Aunque ayudaría mucho
que como sociedad tuviésemos más consciencia tanto de la vida emocional, las
reacciones normales ante situaciones adversas, como la normalidad en estos
jóvenes con Altas Capacidades.
Cristina Silvente Troncoso
Psicóloga
Num. Col. 8573 (Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya, COPC).
Terapeuta EMDR