Mensa
es una asociación cuyos miembros son superdotados, atendiendo a test
homologados de CI, y bajo el criterio de la OMS: están por encima del percentil
98 de la población. A veces, este hecho hace que se nos “acuse” de no ser
“verdaderos superdotados”, ya que las definiciones van ajustándose y requieren
algún que otro criterio más, si bien no siempre consensuados.
En
general, los socios no tenemos por qué justificarnos sobre esto: son las reglas
de Mensa Internacional y la utilidad de mantenerlas simples y objetivas es obvia.
Mensa aplica test a los candidatos, pero no cuenta con un equipo de psicólogos.
Por tanto, el tipo de prueba utilizada tiene que cumplir varios requisitos:
- Precio reducido
- Apta para aplicarse en grupo
- Aplicable por no profesionales
- Disponer de un baremo amplio, comenzando a los 14 años
Esto
último viene de un requisito legal: en España no puede pertenecerse a una
asociación hasta esa edad, a no ser que sea una asociación juvenil.
Por
tanto, en Mensa hay personas que han pasado un test homologado de CI y cuyo
resultado ha superado el percentil 98. Obviamente, como es lógico suponer,
algunos socios disponen de informes adicionales y test más completos, ya que
han acudido a psicólogos por razones independientes de su pertenencia o no a la
asociación. Algunos han tenido ocasión de comparar el test sencillo de Mensa
con el WAISC, por ejemplo… y no parece que haya habido sorpresas.
Explico
estos detalles ya que en este ámbito hay muchas personas implicadas e
informadas sobre la medida de las Altas Capacidades y las características de
las personas que las presentan. Y de aquí, paso a comentar unas observaciones
sobre los socios de Mensa, que pueden ser de interés para estas mismas
personas. Muchos de nosotros creemos que es demasiado frecuente ver el tema de
la sobredotación en los niños con un enfoque demasiado dramático.
Es
obvio que el sistema educativo no está bien preparado para atender las
necesidades específicas de estos alumnos, eso nadie creo que pueda negarlo. Sin
embargo, dado que la gran mayoría de nuestros socios dejó el colegio hace
tiempo (sólo tenemos un par de centenas menores de 25 años), podemos aportar
experiencias múltiples y variadas. Quiero transmitiros un poco de esperanza:
algunos psicólogos nos insisten en que no tenemos que olvidar que en muchos
casos, la mente bien dotada favorece el uso de herramientas emocionales que
ayudan a superar las deficiencias del entorno, la insatisfacción que a menudo
experimentan los alumnos cuya escolarización es frustrante o, como mínimo, aburrida.
También nos dicen algunos expertos que el fracaso escolar, a pesar de
resultarnos más sorprendente o ingrato en niños de altas capacidades, se da en
porcentaje equivalente en toda la escala de CI.
Lo mismo pasa con otras tristes circunstancias como el bullying: no
siempre está relacionado con la inteligencia de los chavales, es muy probable
que sea cualquier otra circunstancia suya o del o los agresores la que lo
cause.
Y
nos consta también que otros profesionales no opinan lo mismo pero personalmente me pregunto si no serán también víctimas de un sesgo: a ellos llegan los que
han presentado ya algún problema. Los que se han adaptado o han elaborado sus
propios mecanismos de motivación o han encontrado estímulos que les enriquecen
a través de su familia, es fácil que pasen inadvertidos o que destaquen en el
aula, pero sean acogidos y aceptados con naturalidad por sus compañeros y
profesores. Además, no olvidemos que hay un número considerable de hijos cuyos
padres (uno o los dos) presentan también elevada puntuación en test de CI, lo
cual hace que se reconozcan mutuamente, se identifiquen… y ello no puede más
que redundar en, como mínimo, una mucho mejor comprensión de la situación. De
verdad, esto ocurre. Doy fe.
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